Un reciente estudio realizado por la Universidad de Florida Atlantic examina las tendencias de los desplazamientos urbanos en los Estados Unidos a lo largo del tiempo y entre distintos grupos socioeconómicos, considerando factores como los ingresos, la propiedad de vivienda, la etnia, el género, la edad y las etapas de vida. Los hallazgos revelan que, aunque los automóviles privados siguen siendo el modo de transporte predominante en las ciudades estadounidenses, ha habido una ligera y constante disminución en la proporción de viajes en automóvil desde su punto máximo en el 2001. En contraste, ha habido un aumento constante en la proporción de viajes en transporte público, no motorizado y en taxi (incluyendo los viajes compartidos). (Ojo, ha podido disminuir su proporción y a su vez haber aumentado en valores absolutos)
El grupo con ingresos más bajos (hogares con ingresos menores de 25.000 dólares), que tiende estar compuesto mayormente por minorías y personas sin automóvil, depende en gran medida del transporte público, particularmente de los autobuses, para satisfacer sus necesidades de movilidad. La frecuencia diaria de sus desplazamientos y la distancia recorrida a diario fueron significativamente menores que las de los grupos con ingresos más altos. En las ciudades pequeñas y medianas, donde la oferta de transporte público es más limitada que en las grandes ciudades, los desafíos de movilidad son más acuciantes para este grupo de ingresos.
Además, el estudio identifica diferencias notables en los patrones de desplazamiento entre diferentes grupos étnicos, géneros y propietarios de vivienda. Por ejemplo, los blancos no hispanos muestran una mayor inclinación hacia el uso del automóvil, mientras que los hispanos son los que más utilizan los viajes compartidos. Los afroamericanos, por su parte, realizan la mayoría de sus viajes en autobús, y los asiáticos son los que más recurren al tren y a desplazamientos a pie. También se encontraron disparidades en los patrones de transporte entre propietarios e inquilinos de viviendas.
Los autores del estudio sugieren que una combinación de mejoras en la infraestructura de transporte público y no motorizado en los vecindarios urbanos, el aumento en el precio de la gasolina, el crecimiento de minoristas en línea como Amazon y Uber Eats, y la disponibilidad de servicios de transporte compartido como los viajes en automóvil compartidos, el alquiler de bicicletas y patinetes, también podrían haber contribuido a la tendencia general de «aumento y disminución» en el uso del automóvil. Además, se menciona que la popularidad del trabajo desde casa y los horarios de trabajo flexibles podrían influir en los patrones de desplazamiento en el futuro.
También, hay que tener en cuenta que se trata de un estudio hecho en Estados Unidos y no es necesariamente extrapolable a otras partes del mundo. Y es bueno insistir en que lo que ha disminuido es la proporción, lo cual no implica que haya disminuido en valores absolutos.
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